viernes, 21 de mayo de 2010

Osiris y Set


Con el paso de los años, Osiris se convirtió en un rey grande por su bondad y su sabiduría. Se dedicó a la tarea de civilizar a su pueblo, que por aquel entonces tenía costumbres primitivas y practicaba el canibalismo.

Sus métodos de enseñanza eran tan interesantes y agradables, que a sus súbditos no les costó comprender y adoptar las nuevas normas de comportamiento.

Cuando Osiris terminó la tarea civilizadora con su pueblo, viajó a otras tierras con el mismo propósito, ganando el respeto y la admiración de quien lo conocía.

Mientras más lo conocían, más lo veneraban. Esto generó una gran envidia en su malvado hermano Set.

Mientras Osiris viajó atierras lejanas, su esposa Isis gobernó Egipto. Set trató de tomar parte en el gobierno sin conseguirlo, pero cuando Osiris finalmente regresó, Set comenzó a pergeñar un plan para deshacerse de su hermano, el rey.

Para lograr su objetivo Set consiguió asociarse con Aso, la reina de Etiopía y a un grupo de setenta y dos traidores.

Luego, se tomo el trabajo de medir cuidadosamente y en el más absoluto secreto el cuerpo de su hermano y, con esas medidas mandó construir un cofre, ricamente tallado y adornado.

Set, entonces, organizó un gran banquete donde invitó a su hermano Osiris y a los setenta y dos conspiradores.

En medio de la fiesta, Set dijo divertido:- ¿Ven este riquísimo cofre? Se lo obsequiaré a quien cupiere de cuerpo entero en él.

Los traidores formaron rápidamente una larga fila para medirse dentro, pero ninguno cupo. Cuando le llegó el turno a Osiris, que no sospechó en ningún momento de que estaba siendo víctima de una traición, se acostó adentro. Los conspiradores se abalanzaron sobre el cofre, clavaron la tapa y luego arrojaron plomo derretido, para evitar que pudiera quedar alguna abertura por donde Osiris pudiera respirar.

Mas tarde cargaron el cofre con su preciosa carga hasta el río Nilo y lo arrojaron a sus aguas en la desembocadura del Tanaitic.

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